Blog 20 «Esperando a Godot»

Esperando a Godot

Esta obra, que causó una revolución en la dramaturgia contemporánea, es una de las más enigmáticas que se hayan escrito. No se sabe en qué lugar se encuentran, desconocemos las biografías de sus personajes, no sabemos lo que quieren, ni las circunstancias que los rodean.

Esta obra rompió con los cánones establecidos de la dramaturgia. No hay una trama, los personajes no tienen historia y la dramaturgia no avanza. Los hechos se repiten constantemente, giran en círculo y al final se encuentran en el mismo estado que al comienzo.

En principio el autor nos propone un espacio indefinido. Un escenario vacío con un árbol sin vegetación, marchito. Una especie de „nada“ apocalíptica.

Es difícil de descifrar si al comienzo del segundo acto, el hecho de que el mismo tenga hojas verdes, se lo debe de interpretar como un signo de esperanza.

Tanto Vladimir como Estragón son personajes sin identidad, sin orientación, perdidos en el mundo. No tienen pasado y pueden apenas acordarse de algunos hechos, sin estar seguros de que realmente haya sucedido de tal manera. Ni siquiera sabemos a ciencia cierta que sean quienes dicen ser, ya que reaccionan a distintos nombres. Wladimir reacciona también al nombre de Alberto y Estragón se llama sí mismo Catull. Wladimir es llamado Didi también así como Estragón, Gogo.

Parecen personajes escindidos de si mismos, de su historia, y la única esperanza que los mantiene vivos es la llegada de Godot, que aparentemente los puede ayudar en un sentido material, ofreciéndoles de comer, beber y un lugar seco donde dormir.

Entre Pozzo y Lucky se produce una relación de dependencia mutua. Lucky recibe comida de Pozzo y su sirviente lo guía cuando pierde la vista en el segundo acto. En ningún momento se percibe algún signo de rebelión en Lucky. Todos aceptan su situación, por miserable que sea, sin intentar cambiar nada. Pozzo siente una enorme satisfacción en ejercer su poder sobre Lucky, maltratándolo, llevándolo de una cuerda como un animal y haciéndolo bailar y pensar para diversión de Wladimir y Estragón. También Pozzo parece adoptar distintas identidades. No solo se lo confunde con Godot, si no que también se le llama Abel o Caín.

En el monólogo donde „piensa“, Lucky nos da indicios de su pasado intelectual, ahora en decadencia, y luego, en el segundo acto, ya calla para siempre, alcanzando apenas los rudimentos de una existencia.

Menos aún sabemos acerca de quien lleva por nombre el título de la obra. Aunque envía mensajeros para avisar de que no acudirá como lo había prometido, no sabemos de quién se trata. Sabemos que tiene una manada de ovejas y posterga citas. Muchas veces, su no presencia, nos hace dudar de su existencia.

Quienes también dudan de su existencia son Wladimir y Estragón. Representativo es el siguiente diálogo:

ESTRAGÓN: siempre encontramos algo para convencernos de que existimos. ¿No es cierto Didi?

WLADIMIR: (Impaciente) Sí, sí, somos magos.

ESTRAGON: Wir finden doch immer was, um uns einzureden, dass wir existieren, nicht wahr, Didi?

WLADIMIR: (ungeduldig) Ja, ja, wir sind Zauberer.

Aunque siempre repiten „vamos“, no pueden partir. Ni en el sentido de hacer, ponerse en marcha, ni en el de abandonar este mundo. Al respecto, hay algunos intentos de suicidio que quedan una y otra vez en la nada.

El tiempo y el espacio no existen para nuestros personajes. ¿Hace cuánto tiempo que esperan? ¿Cuándo se citaron con Godot? Hace cuánto tiempo se conocen Wladimir y Estragón? ¿Cuántos años tienen? Qué hicieron anteriormente?

En este aspecto surge una pregunta que es crucial a la hora de enfrentarse a esta obra. ¿Es legítimo llenar este vacío con circunstancias agregadas desde la puesta en escena, o es parte de la amnesia que sufren estos personajes? ¿O será que olvidan porque quieren desprenderse de un pasado traumático?

ESTRAGÓN: ¿pero qué sábado? ¿Hoy es sábado? No podría ser domingo? ¿O lunes? ¿O jueves?

ESTRAGON: Aber an welchem Samstag? Ist denn heute Samstag? Kann nicht auch Sonntag sein? Oder Montag? Oder Freitag? Oder Donnerstag?

ESTRAGÓN: Stand er gestern nicht da?

WLADIMIR: Na klar! Erinnerst du dich nicht? Um ein Haar hätten wir uns an ihm aufgehängt. […] Aber du wolltest nicht. Erinnerst du dich nicht daran?

ESTRAGON: Das hast du geträumt.

ESTRAGÓN: ¿No estaba ayer allí?

WLADIMIR: Sí claro. ¿No te acuerdas? Por un pelo que no nos colgamos de él. […] Pero tú no quisiste. ¿No te acuerdas?

ESTRAGÓN: Eso lo has soñado.

Un día en la vida de Gogo y Didi, se semeja al anterior. Esperan a Godot, o quieren partir, aunque no lo hagan, o deciden matarse, aunque tampoco lo lleven a cabo.

Tal vez el gran conflicto que tienen es con el tiempo. El tiempo deviene un partner que los amenaza permanentemente. En Didi y Gogo por la desolación de la espera, y en Pozzo y Lucky por la decadencia física e intelectual.

Ninguno de ellos encuentra un hogar, porque el mundo se ha transformado en un ente adverso, imposible de albergarlos. Al final todo vuelve a comenzar del principio. Aunque parece que sean los mismos, han vivido la espera, aquella con la que cualquier ser humano se puede identificar, porque es lo que hacemos a diario.

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