Blog 27 Giros, objetivos y una excepción

Al enfrentarnos a una escena, lo primero que debemos hacer es ver las circunstancias que hayan sucedido hasta el comienzo de la escena, y que influyan o determinen el comportamiento de los personajes. Sabemos que algunas de aquéllas circunstancias serán dadas por el autor, pero la mayoría no. Aquí debemos desplegar nuestra destreza de detective para completar la historia de lo acontecido antes de la escena. ¿De dónde viene el personaje, a dónde va y con qué fin? Estas son las cuestiones fundamentales que deberemos responder para agudizar los conflictos, y nivelar el grado de simpatía que puedan provocar los personajes en el espectador.

En la obra que trataremos en el próximo curso online, „Hacia Guernica“ de Mariano Llorente, hay una escena donde un aviador militar nazi está en la mesa con su mujer, mientras hablan de que él deberá salir de misión a España con destino y fin desconocido. ¿Cuándo se enteró de eso? ¿Le prohibe el ejército compartir esa información con su mujer? ¿Qué grado tiene el piloto en la aviación? ¿Es su primera misión? Todos estas preguntas y otras más cambian sustancialmente la escena, de acuerdo a la respuesta que les demos. Nunca deberemos guiarnos por lo que creamos o sintamos, si no por lo que le conviene más a la dramaturgia, a los conflictos.

Una vez resuelto este primer aspecto, debemos dividir la escena en giros dramáticos. El giro dramático se produce cuando cambia la estrategia de un personaje. Esto nos lleva a hilar fino en las distintas estratagemas que desarrolla un personaje para lograr su objetivo. Este es uno de los sentidos, pero el otro, es intentar diferenciar dentro de la escena distintas atmósferas. Sería muy aburrido para el espectador si no se producen cambios drásticos de atmósfera dentro de la escena.

Un vez que detectemos los giros, debemos dar a cada  personaje un objetivo dentro de la unidad que corresponde entre giro y giro. Lo importante del objetivo es que su núcleo contenga un verbo y no un adjetivo, para lanzar al actor a la búsqueda de acciones físicas que puedan transformar al partenaire. Si los objetivos los tratásemos con adjetivos, estaríamos buscando las emociones del personaje. Esto paraliza y vuelve la mirada del actor, y por lo tanto del personaje, hacia adentro. La emociones surgirán en tanto y en cuanto el personaje accione sobre su partenaire. Es imposible accionar sin que se produzcan emociones.

La mayoría de los directores describen el estado de ánimo de los personajes, sus emociones. Esto puede ser un punto de partida para describir las circunstancias. Pero no podrá ser el objeto de la búsqueda del actor. Porque al buscar la emoción de una manera directa, tiende a aislarse de su partener, a buscar en él mismo y no a conectarse con el otro. No se dedicará a traducir sus propósitos en acciones.

En mi libro „La puesta en escena“ doy una seria de criterios para tener en cuenta para la definición del objetivo.

Creo que la justa definición de un objetivo está planteada cuando se cumplen los siguientes requisitos:

a. Que un verbo sea el núcleo de la frase

b. Que sea definido desde la perspectiva del personaje

c. Que sea definido en forma positiva

d. Que sea definido en relación al otro

e. Que agregue algo al texto

f. Que se desprendan posibles acciones de él

g. Que sea formulado concisamente

Cuando definimos los objetivos debemos tener en cuenta que a partir de cada giro dramático, debe haber un cambio de atmósfera. La tensión debe ir en aumento, o a un momento de mucha agresividad le debe suceder otro de mucha calma.

Sin embargo, esto puede tener una excepción. En el próximo curso online trataremos una obra del teatro contemporáneo, „Hacia Guernica“ de Mariano Llorente, cuya dramaturgia está basada en escenas cortas. En esta pieza las escenas se suceden vertiginosamente, y al ser escenas tan cortas, no siempre hay giros dramáticos en ella. En este tipo de piezas debemos tener en cuenta que los cambios bruscos de atmósfera se produzcan entre escena y escena.

Este es un trozo de dos escenas que se suceden y en donde es imposible detectar giros  dentro de las escenas.

PICASSO

Picasso republicano

Antifranquista.
Genial
Demiurgo
Longevo
Fecundo
Apolítico
Barcelonés Vanguardista
Parisino
Mitológico
Alucinado
Repetitivo
Puntillista
Ecléctico
Cubista
Ingenuo
Melancólico Individualista Visionario
Desgarrado Hermético
Analítico
Africano
Realista
Mago
Solo

Bobo
Cumbre
Lumbre
Picasso pene
Picasso erecto
Picasso por si acaso
¿Cuántas veces tendría que pintarme para dar conmigo?

ESCENA 3

En un pequeño pueblo del País Vasco, en España, el 26 de Abril de 1937.

Madre: Primero tiene que llegar el verano, y cuando se acabe el verano irás al colegio.

Hija: Pero yo quiero ir mañana. Yo quiero aprender dónde están los planetas y escribir novelas. ¿Por qué Andone va todos los días y yo no puedo ir?

Madre: Porque Andone tiene seis años y tú todavía no, ¿cuántas veces te lo voy a decir?

Hija: ¿Y por qué no puedo cumplir yo los seis ya?

Si bien se trata de dos trozos de escena, no sería posible detectar prácticamente giros en toda la escena. Es aquí donde debemos tener en cuenta el contraste de atmósferas entre las escenas. Este tipo de dramaturgia nos obliga a ser menos meticulosos en la diferenciación de los momentos dentro de las escenas, para buscarla en el contraste entre las escenas.

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