Un ejemplo de cómo llevar a cabo las técnicas del teatro épico de Brecht con una obra naturalista. Blog 5

En el año 1990 desarrollé una puesta en escena de „Tres hermanas“ de Chejov en el Teatro provincial de Tübingen (Landestheater Tübingen) Yo nunca había sido un estudioso de Brecht. Sin embargo, unos meses más tarde fui invitado a dar un seminario en Frankfurt sobre mi puesta en escena, coordinado por Christel Hoffmann, la esposa del mayor biógrafo de Brecht y una exquisita mujer de teatro formada en Berlin Oriental. En la presentación del seminario se anunciaba que se trataba de un ejemplo de cómo fundir una obra naturalista con las técnicas del distanciamiento. El fructífero diálogo que he mantenido con Christel Hoffman en el seminario y durante muchos años después, me ha permitido sumergirme en las teorías de Brecht y entender mejor mi manera de hacer teatro.

Sinopsis „Tres hermanas

La obra comienza al final del luto que han llevado las tres hermanas y su hermano Andrei a causa de la muerte del padre hace un año. La primavera hace su irrupción y todas las hermanas, menos Masha, prometen volver a Moscú. Irina y Tusenbach expresan también sus deseos de trabajar. Andrei está enamorado de Natasha y sueña con ser profesor de la Universidad de Moscú.

En el segundo acto, Andrei está ya casado infelizmente con Natasha y para todos Moscú sigue siendo una ilusión. Irina trabaja pero no es feliz, mientras Masha mantiene una relación con Vershinin a espaldas de su marido. Todos esperan la llegada de las máscaras como el elemento que pueda devolverles la vida por un momento. Sin embargo Natasha ha suspendido su presencia, ya que su hijo está enfermo.

En el tercer acto se produce un incendio en la ciudad. Todos intentan socorrer a las víctimas. Los objetivos que se había propuesto cada personaje para lograr la felicidad, se van derrumbando.

En el cuarto acto se marchan los militares y con ellos Vershinin. La ciudad quedará nuevamente desierta y la vida social de las tres hermanas se desvanece. Masha debe separarse de Vershinin. Irina, que había finalmente aceptado casarse con Tusenbach, se queda sola, ya que éste muere en un duelo. Para las tres hermanas, Moscú vuelve a aparecer como una tabla de salvación.

El gestus

Cada personaje debía desarrollar un gesto social que los distinga. Olga corregía permanentemente los cuadernos de sus alumnos de escuela, lo que le producía una tensión en el cuello que desembocaba en el dolor de cabeza.

Irina había estudiado danza en su infancia. Su gesto era el de las piernas en V y se desplazaba ligera y dinámicamente  por el espacio.

Para Masha nos centramos en una mujer casada infelizmente. Su gesto era el de una mujer encorsetada.

Vershinin, teniente coronel, desarrolló su gesto a partir de la espada que llevaba consigo. Sus manos siempre se aferraban a ella. De hecho, toda la escena de seducción con Masha, se hizo a través de la espada como si fuera la prolongación de su brazo.

El distanciamiento

El tema de las estaciones del año juega en tres hermanas un papel preponderante. Luego de constatar que cada una de las cuatro estaciones coincidían respectivamente con cada acto de la obra, se decidió que las condiciones meteorológicas se produjeran en el interior de la vivienda y no en el exterior. Nevaba adentro de la casa, mientras afuera el tiempo permanecía siempre igual.

Los signos de cada estación del año eran producidos por los actores. En el primer acto entraban Tusenbach y Chebutikin con flores. Estas llevaban una punta en el cabo que permitían clavarlas en el suelo al arrojarlas. Con el pretexto del día del Santo de Irina, llenaban el salón de flores en el suelo inspirado en el cuadro de un campo de girasoles de van Gogh. Irina producía con un instrumento atado a una cuerda el sonido de pájaros, mientras Olga comentaba: „…ya no hace frío, todo florece y está bañado por el sol…

En el segundo acto, Andrei creaba la nieve junto a Natasha.

En el tercer acto, los actores producían el incendio con antorchas.

En el cuarto acto, los actores desparramaban hojas marchitas de otoño.

Otro elemento utilizado por la puesta era el canto coral capella. Los actores creaban con esto la música del espectáculo, que se remitía a su vez al estado de ánimo en el que estaban inmersos los personajes.

En el primer acto se representaba así el final del luto, la primavera y las maravillosas perspectivas que tenían por delante.

En el segundo acto se representaba el aburrimiento.

En el tercer acto la melodía caracterizaba el estrés del incendio.

En el cuarto acto la música reflejaba el dolor de la despedida por la marcha de los militares.

Todos estos elementos tienden a remarcar la doble perspectiva del actor-personaje, rompiendo la ilusión.

La cuarta pared

Un aspecto que me parecía fundamental en la obra, era la búsqueda de la felicidad por parte de todos los personajes. Cada uno presentaba su modelo acerca de la felicidad. Por otro lado, si no se lograba en el sitio donde vivían, Moscú ofrecía la solución definitiva a todos sus males.

Me pareció oportuno abrir la cuarta pared, ya que eso le daría más potencia a esos anhelos. Los personajes contraían así un compromiso con los espectadores.

El espectador se transforma de esta manera en el jurado popular. Esto obliga al personaje  a luchar por su absolución.

De este aspecto nos hablaba Brecht cuando decía que pretendía un espectador más activo comparado con el teatro ilusionista. Al «espiar por el agujero de la cerradura», el público desarrolla un papel de voyeur. En cambio, con la técnica de Brecht, el espectador se compromete más, ya que debe analizar para poder juzgar. El juez debe distanciarse de las emociones para poder articular su dictamen.

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