Si bien el teatro existe hace algunos miles de años, la figura del director de escena es en realidad relativamente reciente. Me refiero al encargado de dirigir un espectáculo del principio al fin, con una lectura particular de la obra, en un tiempo y espacio concreto. No tenemos literalmente noticia alguna, escrita o arqueológica, de lo que pudo ser el grandioso teatro clásico del siglo V a.C., el gran periodo de Atenas. El teatro griego existe súbitamente en las grandes tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides.
Sabemos que las obras griegas se daban al aire libre, en un espacio semicircular con los espectadores ubicados en forma de herradura y con cierta clase de estructura de madera detrás de los actores. Conocemos que había un coro que cantaba y danzaba, que solo había tres actores que hablaban y que utilizaban máscaras. Pero salvo esto, no tenemos casi conocimiento concreto del teatro griego, ni de cómo funcionaba, ni cómo preparaban sus espectáculos. Sabemos que existía la figura del actor, del coro y del autor. De hecho los únicos documentos importantes que disponemos son los manuscritos de las obras.
Pero entonces, si aquí no se tienen noticias de la función del director, ¿cuándo nace este rol dentro del teatro? La escenificación es intrínseca al hecho teatral y aunque no hubiera un profesional específico que se dedicara a esta labor, muchos han sido los encargados de esta tarea a lo largo de la historia del teatro compatibilizándola con otras actividades (Esquilo, Calderón, Molière).
El compositor Richard Wagner es el primero en hablarnos del concepto de Gesamtkunstwerk (La obra de arte total). Wagner creía que la tragedia griega fusionaba todos estos elementos, que luego se separaron en distintas artes. De hecho, Wagner era muy crítico con el tipo de ópera imperante en su época, a la que acusaba de centrarse demasiado en argumentos fatuos con música casi subordinada a requerimientos del texto y para lucimiento de los solistas, y dejando casi ignorados a los demás elementos. Wagner concedía gran importancia a los elementos ambientales, tales como la iluminación, los efectos de sonido o la disposición de los asientos, para centrar toda la atención del espectador en el escenario, logrando así su completa inmersión en el drama.
Los estudiosos del teatro no se ponen del todo de acuerdo en qué momento se produce la aparición de un profesional específico dedicado a concebir una puesta en escena, como garante de unificar los diversos elementos que componen el hecho teatral. Quizás la antesala fueron los veinticuatro artículos de la Schauspielerakademie creada por Konrad Ekhof el 5 de mayo de 1753 hasta la llegada de la compañía del teatro de los Meininger. Esta compañía de teatro, considerada como la precursora y creadora de lo que sería la dirección escénica, es lo que trataremos en el próximo blog.