Cuando me preguntan lo que es poner en escena, me he acostumbrado a responder de la siguiente manera:
„Es ver junto con los actores qué hacen los personajes cuando dicen el texto, o qué hacen cuando están en el escenario y no tienen texto.“
A esta respuesta que siempre doy de manera coloquial, pero que en el fondo me parece bastante acertada, se le podrían agregar algunas elementos, que son los que quisiera tratar en este blog.
En realidad la puesta en escena se compone de dos elementos fundamentales:
- Definir un concepto.
Para poder llegar a elaborar un concepto de puesta en escena, se debe hacer un análisis exhaustivo de la obra, descomponiéndola. Existen una serie de pasos que he definido en mi libro: „La puesta en escena“ y que pude elaborar a partir de la experiencia de cómo iba llegando al tema central de la obra en mis puestas en escena. Esta descomposición se produce a partir de centrarnos en distintos elementos, tanto objetivos como subjetivos, que van desde nombrar las circunstancias dadas, los distintos escenarios que nos propone el autor para las escenas, las relaciones de los personajes, los principales sucesos, etc. en cuanto a los elementos objetivos, y en relación a los subjetivos, darle un título a cada acto que capte su esencia, lo mismo con cada escena, nombrar las frases más destacadas del texto, etc. Esto es uno de los temas que trataremos en los próximos cursos online acerca de la construcción de la puesta en escena, que comienzan en la semana del el 03.05.2021.
Todos estos aspectos constituyen los pasos a dar para llegar a un meollo, que no es otra cosa que definir el tema central de la puesta según nuestro interés y visión. En efecto, una obra se compone de numerosos temas y es fundamental definirse por el que pretendemos tratar. Esto no quiere decir que los demás temas no sean abordados, pero serán de manera colateral. En cuanto hayamos definido el tema central, este debe estar ubicado en un espacio y tiempo concreto. La escenografía, los vestuarios y la música reflejarán la geografía donde ubico la obra, por mas abstracta que sea, de qué país se trata, ciudad o campo y la época aproximada en que transcurre. En una palabra, un concepto no es otra cosa que decantarse por uno de los temas ubicados en el texto en un tiempo y espacio concreto.
- La dirección de actores.
Es aquí donde entraremos en el terreno de buscar qué hacen los personajes en escena. Para esto, el director no debe descomponer la obra, si no estructurarla. Es decir dividir las escenas en diferentes momentos, de acuerdo al cambio de estrategia de los personajes. Cuando los personajes cambian su estrategia en relación a los demás personajes, tendremos un giro dramático y a la estrategia la llamaremos objetivo. A partir de este objetivo que ha definido la dirección, es que el actor puede ser creativo. Definir objetivos es fundamental por dos cuestiones. La primera es para que la escena se componga de momentos y atmósferas muy diferenciadas, y la segunda, para estimular la imaginación del actor en cuanto a las acciones físicas. Nosotros no debemos decirle a los actores lo que deben hacer, si no en qué sentido deben buscar la estructura no verbal de la escena, realizando sus acciones tanto físicas como verbales.
Peter Brook decía que dirigir es como decirles a un grupo de caminantes en el desierto que sabemos dónde está la salida, o por lo menos hacerles creer que lo sabemos.
Dirigir es tener una idea, una visión de qué querer contar con una obra, decidirse por una estética y convencer a los actores para que nos acompañen en esta búsqueda y sacarles lo mejor de sí para componer un espectáculo multifacético, donde cada elemento jugará su papel dentro de un todo: el texto, las acciones, las imágenes, la música, la iluminación, los vestuarios, las luces y la escenografía. Wagner lo definía como „Das gesamte Kunstwerk“ (El objeto de arte total)
Dirigir es transmitir toda nuestra confianza a los actores y al mismo tiempo exigirles siempre un poco más.
Dirigir es reconocer que a veces no tenemos una respuesta a los problemas e interrumpir el ensayo hasta mañana, confiando en que durante la noche se nos acomoden las ideas.
Dirigir es tener una infinita paciencia, sabiendo que no se puede ver el resultado esperado el primer día, ni la primera semana, ni el primer mes, porque nosotros lo venimos pensando hace mucho tiempo, pero los actores deben recorrer un camino que nunca habían hecho.
Dirigir es saber sentar prioridades a la hora de cuánto tiempo se le dedica a una frase, a una imagen o a una escena.
Dirigir es saber llegar a tiempo al estreno, habiendo ensayado todos las escenas por igual, pero no tener demasiado tiempo para que la adrenalina haga el resto.
Por último, dirigir es transmitir una pasión para que naveguemos hacia tierras desconocidas en el mismo barco, siendo siempre el „concepto de puesta en escena“ la brújula que nos lleve a América.